Origen y definición de la
literatura.
En el libro de Investigaciones
filosóficas de Ludwig Wittgenstein (1999) se plantea que el lenguaje es una de
las manifestaciones humanas más importantes, pues se vincula con nuestras
formas de entender al mundo, relacionarnos con él y expresarnos, al grado que
se puede decir que el lenguaje nos remite a las distintas formas de vida de las
sociedades. Lo anterior se reafirma en el texto de Eusebio Ruvalcaba titulado
52 tips para escribir claro y entendible (2011), donde se comenta que los
artistas y literatos escriben sobre aquellas cosas que inquietan la imaginación
de todos los seres humanos; aquellas que buscan salir de los oscuros rincones
de las ideas, para quedar como un testimonio para las siguientes generaciones
de lo que ha sucedido y lo que nos ha preocupado y asombrado.
En nuestros días todavía se
escucha hablar de aquel ingenioso hidalgo llamado Don Quijote de la Mancha, de
ese extraño muchacho llamado Demian y de aquel cuervo siniestro que atormenta a
un hombre diciendo “Nunca más”, pues estas historias han sobrevivido el paso
del tiempo y son parte de nuestra herencia cultural, pues nos transmiten
valores, nos permiten adentrarnos en un mundo fantástico e incluso dar salida a
nuestras emociones, por lo que la literatura se puede entender como:
Una expresión humana, artística y
social que está orientada a transmitir una herencia cultural y a proporcionar
esparcimiento y goce estético a través de la palabra oral o escrita, en
contraposición con la ciencia que busca obtener conocimientos por medio de la
verificación para conferirles un sentido práctico.
¿Pero cuándo surge la
literatura?, responder a esta pregunta resulta sumamente complicado, pues las
primeras obras literarias eran de dominio popular, es decir, no tenían autor y
rara vez se sabía la fecha exacta en la que se escribieron, no obstante,
algunos autores como F.R. Adrados (2011) consideran que surgió ochocientos años
antes de la era común en civilizaciones antiguas como la de los griegos y
Mesopotamia; la literatura vio su origen en los relatos de la tradición oral
que posteriormente pasó a ser escrita. Algunas de las obras más importantes de
estas civilizaciones son del género épico como El poema de Gilgamesh de autor
anónimo, La Ilíada y la Odisea de Homero, las cuales se destacan por su
originalidad y elegancia.
Así pues, la literatura debe
entenderse como una expresión humana, social y cultural, que surge como una
tradición oral y se consolida en su forma escrita, para poder familiarizarse
con ella es importante reconocer aquellas obras que hagan referencia a nuestras
experiencias y nuestras fantasías, que nos permitan desahogar nuestras
emociones y definir nuestra identidad y forma de vida como seres humanos, para
que podamos hacer de ella un goce.
Intención comunicativa y función
poética.
Las producciones literarias
tienen la intención de comunicar un mensaje de una manera elegante, lo cual
implica jugar con las palabras cambiando su orden y su sentido, difuminando o
acentuando sus significaciones, es decir, la literatura permite a los
individuos explotar su creatividad, como lo expresan Daniel Prieto Castillo en
su libro La fiesta del lenguaje publicado en el año 2000 y Eusebio Ruvalcaba en
su libro 52 tips para escribir claro y entendible publicado en el año 2011.
Cuando estamos leyendo una
determinada obra literaria entramos en un acto de comunicación, pues el autor
nos intenta transmitir un mensaje e impactar de alguna manera en nosotros; en
este acto comunicativo están implicados un emisor, que en nuestro caso es el
autor; un receptor que seriamos nosotros como oyentes o lectores; un referente
que es aquello de lo que trata la obra y un contexto que le da pleno sentido,
sin embargo, la comunicación no siempre se da de forma exitosa, por lo que es
importante conocer las distintas funciones del lenguaje oral o impreso en los
textos literarios para comprenderlos mejor.
La primera función del lenguaje
que se distingue en toda expresión literaria es la intención comunicativa, que
hace referencia al mensaje que el autor intenta transmitir con su texto, el
cual se puede distinguir poniendo especial atención en aquellos elementos
predominantes en una obra determinada, como se puede observar en el siguiente
ejemplo:
La zorra y el cuervo gritón Un cuervo
robó a unos pastores un pedazo de carne y se retiró a un árbol. Lo vio una
zorra y deseando apoderarse de aquella carne empezó a halagar al cuervo,
elogiando sus elegantes proporciones y su gran belleza, agregando además que no
había encontrado a nadie mejor dotado que él para ser el rey de las aves, pero
que lo afectaba el hecho de que no tuviera voz. El cuervo, para demostrarle a
la zorra que no le faltaba la voz, soltó la carne para lanzar con orgullo
fuertes gritos. La zorra, sin perder tiempo, rápidamente cogió la carne y le
dijo:
-Amigo cuervo, si además de vanidad
tuvieras entendimiento, nada más te faltaría para ser el rey de las aves.
Cuando te adulen, con más razón debes cuidar de tus bienes. Esopo. Fábulas
famosas de Esopo y Samaniego. 2007.
En esta fábula, tenemos la
historia de dos animales, el cuervo y la zorra, sin embargo, para poder
entender el mensaje que nos quiere dar el autor es más importante centrarnos en
el contenido moral que en este caso es que las personas deben cuidarse de
aquellos que los elogian para que no sean traicionados.
La segunda función característica
de las expresiones literarias es la poética, que se refiere a la forma en que
se presenta un mensaje y no al mensaje en sí, es importante señalar que la
función poética no es exclusiva de la poesía, pues todas las expresiones
literarias de alguna manera buscan el deleite de los lectores al expresar con
originalidad las ideas, como se puede observar en los siguientes ejemplos:
RIMA LIII
Volverán las
oscuras golondrinas
en tu balcón sus
nidos a colgar,
y otra vez con el
ala a sus cristales
jugando llamarán.
Pero aquellas que
el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi
dicha al contemplar,
aquellas que
aprendieron nuestros nombres...
¡esas... no
volverán!.
Volverán las
tupidas madreselvas
de tu jardín las
tapias a escalar,
y otra vez a la
tarde aún más hermosas
sus flores se
abrirán.
Pero aquellas,
cuajadas de rocío
cuyas gotas
mirábamos temblar
y caer como
lágrimas del día...
¡esas... no
volverán!
Volverán del amor
en tus oídos
las palabras
ardientes a sonar;
tu corazón de su
profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto
y de rodillas
como se adora a
Dios ante su altar,
como yo te he
querido...; desengáñate,
¡así... no te
querrán!
Gustavo Adolfo Bécquer.
Leyendas y rimas. 2002
El texto es un poema de Gustavo
Adolfo Bécquer y en él se puede observar que el autor utiliza imágenes de la
naturaleza para expresar la nostalgia y la aflicción que implica una decepción
amorosa y para decirle a aquella persona que lo ha abandonado que nadie la
amará como él lo hizo.
Así pues, para finalizar este
apartado es importante recuperar que la intención comunicativa de un texto es
“lo que se nos pretende dar a entender” y la función poética es “la forma en
que se expresa”, no obstante, para comprender la función poética es importante
conocer los distintos recursos lingüísticos que utilizan los autores y que se
verán en el siguiente apartado.
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