viernes, 22 de febrero de 2013

Corrupción y opacidad.


Los propósitos de transparencia, honestidad y rendición de cuentas enunciados por las nuevas administraciones gubernamentales, carecerán de verosimilitud sino se acompañan de medidas eficaces para combatir el dispendio, la opacidad y la corrupción que permea el ámbito gubernamental de cualquier nivel, color o sigla. 

Para muestra unos botones: las observaciones hechas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) sobre las múltiples irregularidades encontradas durante la revisión de la cuenta pública 2011 (particularmente en programas de estímulos agrícolas y en la construcción de la Estela de Luz), así como del escandaloso crecimiento de la deuda pública de diversos estados y municipios, donde el gasto de los recursos correspondientes dista de haberse efectuado con plena transparencia; y la denuncia del actual gobernador de Tabasco Arturo Núñez, por el desvió de fondos por más de mil 900 millones de pesos destinados a programas federales de salud, educación, justicia y seguridad pública. Tales hechos confirman que la opacidad, el dispendio y la corrupción institucional no se circunscriben a un nivel de gobierno ni a un partido político en particular, sino son fenómenos transversales al conjunto de la clase política y de alcance nacional.

Qué lejos están la gran mayoría de los políticos mexicanos del pensamiento de Vicente Guerrero "La patria es primero".

Cartón del Fisgón publicado en La Jornada de 22 de febrero de 2013

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